Las leyes de la robótica, de Asimov a la Unión Europea

 

En 1942 Isaac Asimov enunció en su libro Círculo Vicioso las tres leyes fundamentales de la robótica en las que basaría su universo literario:

  1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.

  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª ley.

  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.

Aunque los expertos afirman que aún estamos muy lejos de un tipo de inteligencia artificial que permita a los robots aprender y tomar decisiones de manera autónoma, el futuro está al alcance de la mano. Máquinas como los vehículos autónomos, los drones o los robots asistenciales o para uso médico se están introduciendo en el mercado y en nuestras vidas sin una legislación pertinente.

Por ello la Unión Europea trabaja para legislar el mundo que nos rodea y regular nuestro futuro, para ello propone seis leyes que normalicen la convivencia con los robots. Todavía no son definitivas, ya que está normativa tiene que pasar por el filtro de la Comisión Europea, pero su principal objetivo es reducir el impacto que supondrán la implantación en la sociedad de estas máquinas, ya que uno de los mayores efectos será la pérdida de trabajo.

1. Los robots deberán tener un interruptor de emergencia

Lo primero que tenemos que controlar es cualquier situación que se pueda dar de peligro. La evolución que están teniendo estas máquinas hace que la Inteligencia Artificial pueda aprender debido al entrenamiento, por lo que cualquier situación de peligro que se pueda producir debe ser evitada con un interruptor de emergencia.

2. Los robots no podrán hacer daño a los seres humanos

Obviamente, está fundamentada en la principal Ley de Asimov y completa la primera propuesta por la Unión Europea. La robótica siempre tiene que ser pensada para ayudar y proteger a los humanos, por lo que no se permitirá la creación de máquinas cuyos fines sean destruir o dañar a las personas.

3. No podrán generarse relaciones emocionales con los robots

¿Habéis visto “El hombre bicentenario”? En ella, un robot interpretado por Robin Williams permanece colaborando con la misma familia durante décadas, dando como resultado estrechas relaciones personales entre las máquinas y las personas. Si no la habéis visto no seré yo quien os haga spoiler, pero estos vínculos emocionales son la trama central de todo el film. Pues bien, la Unión Europea considera que esto no debe ser así, por lo que prohibirá crear cualquier relación emocional con los robots. El objetivo de esta norma es recordar a los humanos que las inteligencias artificiales no son capaces de sentir amor por nosotros, por lo que nosotros no debemos actuar diferente.

4. Los que sean más grandes deberán tener un seguro obligatorio

No todas las máquinas serán iguales ni tendrán las mismas características. Tampoco podrán realizar todos las mismas actividades. Es evidente que algunos de ellos tendrán más riesgo de causar ciertos daños materiales que otros robots.

Por ello, la Unión Europea obligará a los dueños de los robots de mayor tamaño, que son considerados los que más riesgo tienen de provocar daños en el entorno, la contratación de un seguro obligatorio como podría suceder con los autos. Así, cualquier desperfecto podrá ser arreglado sin complicaciones.

5. Derechos y obligaciones para los robots

¿Cómo serán llamados ante las administraciones públicas? Parece que “Personas electrónicas” es el nombre escogido para su clasificación legal. Siempre que se utilice la palabra “persona” implica que existirán una serie de derechos que de otra manera ni se pensarían. El debate se encuentra en cuáles serán sus derechos u obligaciones, pero según todo lo que estamos viendo, serán los robots los que asumirán las consecuencias de sus actos junto a sus propietarios o creadores.

6. Tendrán la obligación de pagar impuestos

Principalmente, se utilizarán para reducir el impacto de los robots en el empleo humano. Su entrada en el mercado laboral obligará a muchas empresas a despedir a sus empleados, ya que los robots realizarán el mismo trabajo a un precio menor. Por ello, el Parlamento Europeo considera necesario que las máquinas tributen en la seguridad social, para poder subvencionar las ayudas que se darán a estas personas que han sido despedidas.

 

Veremos en 2018 como avanza una legislación para un presente que ya nos rodea, por último una breve historia de la robótica:

 

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